Ya son innumerables las ocasiones, en las cuales nos hemos manifestado demandando un profundo cambio en las condiciones que reglan la prestación de servicios farmacéuticos para los afiliados PAMI. Creíamos y creemos que el viejo convenio no puede seguir, convicción compartida por todos y cada uno de los actores que participamos del mismo.
En vista de ello, proponíamos como única y válida opción trabajar mancomunados para volver las cosas a la normalidad, lo cual significaba que:
- PAMI debía tomar a su cargo la administración, lo que le permitiría contar con información oportuna y eficaz para la más racional utilización de recursos que siempre resultan escasos
- La industria debía negociar con el financiador los modos, precios y condiciones para la provisión de sus productos en el convenio
- La distribución debía cumplir su importante rol
- Las instituciones, después de mucho tiempo, debían tener la ocasión de negociar directamente con el financiador las condiciones en las cuales prestarían sus servicios.
Aportando lo que estaba a nuestro alcance para hacer realidad estas aspiraciones, pusimos a disposición del todos las soluciones informáticas y procesos de gestión que tenemos operativos en el seno de nuestra institución, demandando una activa participación en todo lo relacionado con la dispensa por considerar que somos los únicos y legítimos representantes de nuestra red de farmacias
Así las cosas, el tiempo fue transcurriendo y nuestra inquietud creciendo. Hoy estamos a escasas tres semanas del final del viejo convenio y las incertidumbres superan holgadamente a las certezas.
Por lo que logramos saber a través de los medios de comunicación, la negociación entre el PAMI y la Industria se ha transformado en una batalla en la cual ninguna de las partes parece estar dispuesta a ceder ni un centímetro en sus posiciones. Actores que, además, en ningún momento han dado participación a las instituciones farmacéuticas para ejercer la natural representación de la red nacional de farmacias.
Entre tanto, todo tipo de rumores anunciando catástrofes se hacen correr en el mercado, generando lógica angustia y zozobra entre los integrantes de una red de farmacias constituida en una abrumadora mayoría por pequeñas unidades productivas.
Se dan como ciertas algunas alocadas versiones, las que solo por citar un par dicen que se establecería una bonificación lineal del orden del 15% sobre PVP para todas las farmacias; o bien que las farmacias, ante la fijación de precios máximos, se verían obligadas a vender medicamentos a PAMI con precios inferiores a los de compra, y otras por el estilo.
Reconocemos que estando en la incertidumbre en que nos encontramos hoy, resulta difícil formular análisis para la necesaria toma de decisiones. No obstante ello, queremos hacerle saber a todo el mundo que consideramos inaceptable y totalmente inviable la aplicación de medidas tales como las señaladas en el párrafo anterior
Lo que las farmacias pretendemos y demandamos para el nuevo convenio, es una mejora en las condiciones económico-financieras: baja de aportes y menor ciclo de cobro.
Por ello, en ejercicio de la representación de nuestras farmacias venimos a peticionar la urgente inclusión de las instituciones farmacéuticas en la mesa de negociaciones, como imprescindible condición de posibilidad para que la red nacional pueda asegurar la normal dispensa de medicamentos a los afiliados PAMI a partir del 1 de abril del corriente año.
Junta Ejecutiva FEFARA
8 de marzo de 2018